domingo, 3 de octubre de 2010

Sábado salvaje

Así es, amigos, este fin de semana ha sido bastante surrealista. Oh sí, me encanta el surealismo!!! El sábado por la mañana decidimos Dani y yo ir de forma alegre y zalamera al bosque (Sognsvann) para pasar una bucólica jornada desempeñando el oficio más antiguo que existe: la recolección. Así que empleamos buena parte de la mañana cogiendo frambuesas y arándanos para nuestro disfrute personal. Este hecho hizo que pareciera que tuvieramos las manos manchadas de sangre. El morado es un color muy elegante para las uñas. Más adelante, una vez que me quedé hasta los estroncios de andar con el espinazu dobláu, nos dedicamos a caminar por el monte con gran alegría y con buen humor. Para aquellos que no conozcan a los noruegos he de decir que no se caracterizan por tener señalizaciones precisas y que eviten que la gente se pierda, sino más bien lo contrario. En el bosque es frecuente encontrar señales que ponen, por ejemplo, Sognsvann 3 km; y después de caminar media hora en la dirección indicada: Sognsvann 3.5 km. QUEEEEÉ????!!! Pues guiados por señales de esta índole llegamos a un lugar donde el camino se nos truncó por un enorme charco de fango, que era impracticable, al menos sin madreñes o unas botas que llegarán por encima de la rodilla. De este modo decidimos dar un 'pequeño' rodeo por fuera del camino trazado para salvar ese obstáculo. Traduciendo: nos metimos por lo que es el BOSQUE, con todo lo que ello conlleva: suelo de moqueta mullidita(y mojadita), barro y hojas(la pareja perfecta) y ramas de árbol que se meten por la cara. Llegados a este punto, amiguitos, quiero daros un consejo: no seáis gilipollas y no llevéis pantalones cortos al bosque. La base para afirmar esto es que gracias a las ramitas parece que por mis piernas hubiera intentado subir un adorable gatito. Pero volvamos al relato de los acontecimientos. ¿Dónde estaba? Ah sí, caminando bosque através. Si el sábado no nos encontramos un alce ya no nos lo encontraremos nunca. Cuando por fin terminamos de dar el rodeo (30 min aprox.) llegamos al camino original. De acuerdo al cartelito que nos encontramos habíamos avanzado (gracias al maravilloso paseo salvaje) la friolera cantidad de 0.5km. O sea, pa pegase un tiru mierda! Luego proseguimos nuestro camino(largo y frío) sin grandes cosas que destacar, salvo que topamos una pareja de asturianos y una taza de Epi y Blas. Llegamos a casina mayaos lo cual hizo que declinaramos la invitación que habíamos recibido para ir a una fiesta. Y eso viene a ser todo. Ah, sólo un dato más, durante lo que quedaba de sábado y el domingo nos pusimos cérdidos a frambuesas y arándanos.

Próximamente una nueva entrega...

06-09-2010

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